martes, 14 de junio de 2011

Testimonio Concentración 14 de Junio - Barcelona

DEVUÉLVELE A HABIBA SU ALMA

Tu hijo mayor no quiere acompañarte (ha visto las imágenes de los porrazos en el PC) pero le arrastras porque no tienes con quien dejarlo. Al llegar a la plaza de Sant Jaume te apoyas en el carrito de tu beba para reparar, junto a tus retoños, que los mossos presentes  no llevan ni porra ni casco y que eso es buena señal. Para las mujeres y los niños los golpes son más sutiles, indirectos, emocionales.

Tu pequeña te señala que suenan las campanadas de las 18:00h y tú ahí, en medio de esas dos fachadas, te preguntas si no te habrás equivocado de día. Luego recuerdas que las madres aprendimos a tirar el reloj con las primeras contracciones y que desde entonces es tu progenie quien marca el ritmo.

Al poco se te acerca una conocida y luego otra madre con su niña acarreando una pancarta con un corazón pintado en cuyo centro se reclama la reunión de Alma con su madre. Imperdibles, papel impreso, pancartas, camisetas y globos blancos dan inicio al círculo de mujeres, madres con nuestra prole, mientras nuestros hombres nos apoyan desde la periferia. Te sientes viva al sentir que tu presencia cuenta, que formas parte de una unidad.


Llega Ángeles Hinojosa preguntando por Tatiana y otra mamá comenta que ya circula otro e-mail en el que se duda de la capacidad de Habiba para maternar.

La cámara y el micrófono se van antes de ver cómo los peques hacen amistad y juegan por el suelo mientras Rosa Zaragoza nos regala su Rumba de las Mujeres. A ti te encanta cantar y te sumas al coro recordando la letra que tantas veces cantaste para espantar el mal de un parto medicalizado. Luego cantan otra sobre las mujeres que como los lobos aúllan a la luna y como esa no te la sabes, la bailas con tu beba en brazos.

Otra mujer te comenta que esta mañana evitaron un desalojo. Que ellos tienen el poder, pero nosotras somos más y vamos cargadas de energía positiva. Que es triste que a estas alturas siga siendo necesario que alguien se sacrifique (Alma y Habiba) para que el resto de díadas podamos respirar sin miedo.

Ha pasado una hora y decides volver a casa, tú que tienes una, y convences a tu hijo, que quiere quedarse un poquito más, con la promesa de un helado. Tarrina en mano, nos cruzamos con Imma Marcos que, por su paso ligero y foco sostenido, imaginas que está preocupada por llegar a tiempo a la concentración.

Durante la hora larga de regreso en bus (el conductor comenta sobre una manifestación) caes en la cuenta de que tu no has escrito ningún libro sobre Reflexología  Infantil, ni has grabado discos con canciones de apoyo a las madres, tampoco has ayudado a cientos de mujeres en un parto respetado, pero sí sabes que los tuyos te necesitan, que reclaman su leche caliente a disposición a todas horas, tus caricias y tu presencia y sonríes tranquila porque tú sí estás a su lado y que sólo por eso, ellos no querrán vestir un uniforme azul oscuro ni una bata blanca.
Marta Garcia Velasco
Psicoterapeuta en Danza y Movimiento






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